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Practicas de proyecto: deseos calculados

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Existe un punto en nuestro desarrollo educativo y madurez pedagógica en la que el sistema –y nosotras mismas- debemos elegir el camino por el que seguir transitando y apostando, con el coste de oportunidad hacia otras opciones que ello conlleva. Este momento es, en realidad, un proceso de decantación progresivo que suele cristalizar en la transición vital alrededor de la mayoría de edad. En dicho intervalo muchas de nosotras nos planteamos cual será la apuesta a nivel educativo, laboral y profesional, y por tanto que itinerario queremos elegir.

Dicha elección posee en la educación reglada distintos itinerarios claramente definidos, algo que, quizás en el futuro no sea así. De esta forma la adolescencia estudiante debe seleccionar si prefiere buscar opciones laborales –y en qué- o decide seguir estudiando las diferentes opciones que se abres –Formación profesional, grados, otras enseñanzas…-

Es posible que muchas personas tengan claro que quieren ser/hacer -trabajar- en el futuro y, por tanto, tengan clara la elección de dicho itinerario, la carrera que quieran estudiar e incluso el tipo de trabajo que quieran desempeñar en el futuro. Esta claridad puede estar aparejada a una tradición familiar, a una oportunidad en la misma, a una vocación innata…

Pero otras muchas personas poseen dudas razonables acerca de qué hacer, en qué involucrarse, qué estudiar, si esa carrera o aquella formación o itinerario servirá o les gustará…Este cuestionamiento vital produce un cierto desasosiego puesto que, aunque siempre se puede cambiar de estudios, carrera o formación, éstas implican mucho esfuerzo y grandes períodos de tiempo, 3-4 años en el mejor de los casos, por lo que es una decisión bastante trascendental para muchos jóvenes.

Estas incertidumbres vitales acerca de qué estudiar –o no hacerlo- suelen ser compartidas en los entornos inmediatos y más próximos. Chicas y chicos preguntan y comentan con sus familias sus ideas a la hora de escoger sus estudios o su opción laboral, la valoración más o menos rigurosa de cada una de las opciones, la estimación de pros y contras, etc.

Frente a este dilema trascendental la recomendación que el entorno –familiar- suele aportar posee se enmarca en una de estas dos opciones – aunque ninguna de las dos opciones se da de forma pura sino en una aleación variable-:

1) ¡Haz lo que te guste!

2) ¡Haz esto -o aquello-, que hay más oportunidades, salidas, demanda, trabajo…!

De esta forma las opciones se reducen a dos posibilidades –abarcantes-: una propone que nos guiemos por nuestros gustos, sentimientos, intuiciones o impulsos. Que elijamos un camino o estudio que nos motive, nos estimule y nos inspire, sin tener –mucho- en cuenta la posible utilidad, operatividad o inserción de dicha práctica en el mercado laboral, la demanda empresarial, la corriente social, el sector creciente u otro tipo de consideraciones (prestigio, reputación, tradición…). La otra establece un cálculo en base a las expectativas o proyecciones que gente que nos quiere y que tiene más experiencia considera. Se plantea un cierto “sacrificio” al subordinar los impulsos o gustos en pos de un futuro mejor, más oportunidades de empleo, empleos mejor remunerados, mayor demanda de los mismos, etc.

Esta segunda opción incluso puede ofrecer garantías tangibles en forma de negocios, empresas, locales, activos o patrimonio existente que podamos heredar, continuar, mantener o ampliar, por lo que podemos obtener una ventaja considerable sobre el punto de partida común –herencia-.

Así que encontramos como muchas de nosotras hemos seleccionado caminos en base a nuestros gustos y deseos, y otras muchas en base a expectativas u oportunidades existentes.  Aquella amiga que hizo farmacia porque, aunque prefería estudiar medicina, sus padres tenían una farmacia y así tenía el trabajo asegurado. Aquel amigo que se puso a trabajar en la empresa de su padre y no estudió porque prefirió ganar dinero. El compañero que aprovechó su habilidad con los videojuegos para involucrarse en el negocio de la producción digital. El primo que se metió a informático y programador porque es la “carrera del futuro” y hay “paro cero”. La vecina loca que se puso a estudiar Filología árabe porque “era lo que le gustaba”…¿Quién de nosotras no conoce alguna de estas historias o similares?

Lo que es cierto es que la vida real es, muchas veces, muy distinta a lo que esperábamos y a nuestras predicciones. También muy distinta a las predicciones de gente con experiencia y conocimiento. Afortunadamente. Aquella chica que le apasionaban los idiomas y estudió la filología más remota existente hoy desarrolla su actividad como traductora en el Parlamento Europeo, posee un muy buen sueldo y buenas condiciones laborales, viaja, conoce gente de muchos países e incluso está escribiendo un libro. Aquella opción que se situaba en los rankings estadísticos como la menor en tasa de empleo u oportunidades laborales ha demostrado ser un acierto para su desarrollo vital/profesional.

Por el contra aquel otro colega que estudio derecho para ser notario como su padre y poder, además, trabajar en la propia notaria familiar se dio cuenta a los pocos años de que ese trabajo-vida no era la que a él le gustaba. Que había estudiado y se había formado en base a unas expectativas inducidas por su entorno, o simplemente no se había planteado profundamente sus inquietudes o expectativas y habiéndose dejado arrastrar por la inercia y el miedo al cuestionamiento personal había estado en un entorno que le generaba frustración, aburrimiento y falta de estímulo, aún con un buen sueldo por hacer lo que se esperaba de él que hiciese.

Son sólo dos ejemplos de cómo cada una de las elecciones pueden no funcionar. Efectivamente es bastante probable que las personas que sepan programar puedan poseer buenas oportunidades laborales en el futuro. También es muy plausible que si las familias cuentan con una empresa, despacho o negocio tengamos más facilidad continuando en el entorno cercano que buscando de cero nuevos caminos.

Pero también es muy posible que si hacemos lo que nos gusta, nos apasiona y nos inspira podamos encontrar caminos para el desarrollo de nuestras ideas o inquietudes, podamos proponer e innovar para, finalmente, abrirnos caminos. Puede ser más o menos fácil y será, con seguridad, largo y trabajoso. Y si además podemos articular nuestros gustos e intereses con las valoraciones de entornos afectivos con experiencia, expectativas de mercado, tendencias y nichos de mercado es muy probable que podamos dar con una clave para que ambas posturas puedan trabajar conjuntamente

Desde nuestra práctica diaria encontramos como los ejemplos anteriormente descritos se reproducen a la hora de proponer un proyecto, de construir un emprendimiento colectivo, una propuesta de autoempleo o una idea. Y para ello nos situamos entre dos esferas: la cultural y la de la economía social.

En nuestra esfera cultural existen múltiples agentes y programas que apelan y convocan a personas a que propongan y compartan ideas y proyectos para construirlos de forma colectiva, abierta y colaborativa. Estos laboratorios ciudadanosde cultura digital y libre, distritales, sectorialesurbanos, iberoamericanos, híbridos,  universitarios, de mediación, participativos…- plantean entornos y espacios de trabajo participativos con recursos que convocan ideas y personas –promotorxs, colaboradorxs, mediadorxs, facilitadorxs- para construir de forma abierta y colaborativa proyectos colectivos experimentales. Apelan a la inventiva, la innovación, las sinergias y las intuiciones de sus participantes para desarrollar prototipos de distinta índole –digitales, analógicos, urbanos…- que resuelvan problemáticas existentes y/o mejoren aspectos de nuestras vidas, contribuyan a desarrollar valores compartidos –transparencia, ética, justicia social, participación, corresponsabilidad, sostenibilidad, medioambiente, salud, igualdad, derechos, visibilización de conflictos, etc.-

Los laboratorios ciudadanos se dimensionan en función de los recursos se incidencia que se pretenda. Pueden tener carácter global convocando proyectos y personas de todo el planeta o una región –Europa, Iberoamérica- o centrarse en una ciudad, un distrito, un barrio o una plaza o calle específica. Pueden convocar pocas personas y proyectos o un gran número de ellos. Pueden durar pocas semanas o varios meses. Pueden centrarse en aspectos territoriales, en aspectos sociales o en aspectos sectoriales. Puede combinar acciones presenciales y digitales. Pueden estar promovidos desde las administraciones públicas, empresas, gobiernos, fundaciones o universidades. Sea como fuere en todos ellos se formarán entornos de trabajo experimental para desarrollar proyectos innovadores gracias a la colaboración abierta colectiva.

Por otro lado en la esfera de economía social la aproximación a los proyectos se efectúa desde la introducción del criterio de expectativa económica, nicho de mercado o propuesta de valor desde el comienzo. Las técnicas habituales de emprendimiento económico buscan la identificación de clientes potenciales a través de la segmentación del público, las propuestas de valor en forma de productos o servicios, los canales de producción, distribución y venta, la relación con los clientes, la estructura de costes e ingresos, los impactos y beneficios sociales y medioambientales, los recursos y acciones clave…

Los instrumentos de la economía social para empoderar y generar proyectos cooperativos se centran en cursos y máster, asesoramientos, redes de apoyo, grupos cooperativos y administraciones públicas. En todos ellos se establecen metodologías propias para introducir los factores económicos desde el comienzo de una forma ética, colectiva, trasparente, democrática y local en el que el lucro pasa a estar asociado a los valores de los social –las personas- y el medioambiente –nuestro entorno-. De esta manera se busca que la generación de tejido productivo y empresas cooperativas operen de otra forma más respetuosa con los valores sociales y ambientales planteando alternativas reales y sostenibles a la depredación y explotación capitalista.

Las dos esferas, la cultural y la económica –social y solidaria-, comparten muchos valores y objetivos. Ambas buscan la mejora de nuestro entorno en base a las ideas y esfuerzos colectivos. Ambas creen en la inteligencia colectiva y la innovación social. Ambas poseen profundas convicciones éticas y de justicia social y ambiental. Ambas creen en alternativas a los desórdenes presenten y apuestan por un mejor porvenir. Pero ambas poseen una gran dificultad y un gran reto por resolver.

La buena noticia es que ambas esferas pueden trabajar conjuntamente en resolver dichos retos de forma articulada y simbiótica.

La esfera cultural a través de los laboratorios ciudadanos es capaz de generar una gran cantidad de innovación, ilusión, ideas y propuestas creativas y experimentales en base a entonos muy abiertos, mediadorxs, expertxs e intercambio de conocimiento fluido. Un desarrollo rápido de proyectos y resultados sorprendentes. Pero una vez realizado el laboratorio ¿qué ocurre?. Ahí reside el problema del mismo. La finalidad del laboratorio consiste en detonar procesos, provocar propuestas, conectar ideas, acelerar cambios. Pero una vez que el laboratorio finaliza no existe un planteamiento que otorgue continuidad a todo el trabajo realizado por lo que los proyectos y sus comunidades quedan en suspenso.

En los mejores casos los laboratorios contarán con otros agentes en las presentaciones finales del mismo: administraciones, universidades e incluso empresas que podrán brindar a los proyectos continuidad, apoyo institucional, ayudas, subvenciones, convenios…Otros proyectos podrán intentar continuar su trabajo en nuevas convocatorias de laboratorios, becas, ayudas o residencias. La comunidad quedará vinculada por un telegram o grupo de correo donde intentarán mantener el proyecto con vida a través del trabajo voluntario de sus miembrxs, su tiempo y empeño. Si la fortuna no sonríe dichos proyectos irán muriendo progresivamente para dejar tras de sí las ilusiones en forma de registro audiovisual, su rastro en redes y blogs y una bonita experiencia para sus cocreadorxs.

Además, debido a que en dichos laboratorios de proyectos experimentales no se suele incorporar un criterio económico de sostenibilidad del proyecto –y mucho menos de sostenibilidad vital para sus promotores y equipo- el proyecto no estará enfocado para la venta de productos y servicios para el mercado y, como mucho, su principal cliente potencial será la propia administración pública y otro tipo de ayudas, subvenciones o patrocinios público-privados.

La esfera de la economía social y solidaria busca generar economía productiva a partir de colectivos y personas que puedan compartir unos valores conjuntos y quieran apostar por una economía productiva alternativa. Pero en muchas ocasiones sus programas y proyectos van destinados a personas desempleadas, con pocos recursos, expulsados del mercado de trabajo, con prejubilaciones o despidos que permiten la capitalización de un pequeño capital para inversión en autoempleo. Personas que, muchas veces, han trabajado toda su vida por cuenta ajena de pronto se ven interpeladas a conformar su propia cooperativa, a emprender por cuenta propia, a arriesgar, invertir y gestionar sus propias empresas. Y para ello se apela, en el mejor de los casos, a los conocimientos adquiridos durante la vida profesional, a la formación recibida o a la experiencia de un sector específico. Si esto no se da habrá que emprender sobre una intuición, una apuesta en forma de local, negocio o pequeña empresa de productos y servicios que logre conformar un producto de valor, una cartera de clientes y todo el conocimiento y pericia empresarial y gerencial para desarrollarlo –normativa, comunicación, marketing, cartera de productos, plan de empresa, viabilidad, financiación, administración, conocimientos financieros, laborales, fiscales…-.

Por tanto es muy dificultoso arrancar un proyecto de autoempleo, aunque éste sea colectivo, ya que se introduce el factor humano que es difícil de gestionar en muchas ocasiones –confianza, responsabilidad, lealtad, interés compartido, compromiso…- sobre todo cuando existe una inversión vital en el proyecto y en él te juegas tu futuro y el sostenimiento de tu propia vida. Las redes de economía social y solidaria –otras cooperativas, financiación ética, espacios compartidos, programas de apoyo e impulso…- intentan mitigar la sensación de vértigo en el camino pero esto es difícil cuando las personas prefieren buscar refugio en la economía convencional, en la formación, en los trabajos informales o en las redes de apoyo mutuo. Todo ello encaminado a evitar una excesiva exposición y riesgo en el arduo camino de la cultura emprendedora –de la que no somos un claro exponente histórico-.

La esfera cultural es capaz de detonar proyectos creativos e innovadores en base a la ilusión y colaboración sin una excesiva preocupación por su sostenibilidad económica. La esfera de la economía social y solidaria  es capaz de ofrecer una cobertura y red sinérgica y de apoyo para las actividades productivas en base a relaciones comerciales recíprocas con componente ético para la sostenibilidad de la cooperativa.

La esfera cultura posee un reto: dotar de continuidad a los proyectos más allá de su desarrollo inicial.

La esfera económica posee un reto: establecer un arranque de proyectos proactivo, ilusionante, confiado y soñador.

¿Qué tal si articulamos ambas esferas?

La esfera cultural detona los procesos permitiendo a las personas que trabajen y apuesten por lo que les gusta en base a su ilusión y ganas. La esfera cultural dota de sostenibilidad, continuidad y cobertura dichos esfuerzos. Los proyectos comienzan en su estado cultural y en el reto final de dicha esfera –la continuidad- se articulan en su fase económica y productiva –la economía social y solidaria- de forma que ambas esferas resuelven sus contradicciones ye l proyecto transita desde la ilusión del comienzo al compromiso final.

Este camino varía en el tiempo y en cada una de sus fases. Será un camino arduo y duro. Mucha gente se irá quedando por el camino pero encontraremos otros aliados y compañeras. Pero comenzaremos nuestro proyecto en base a lo que nos gusta, y haremos de ello nuestra forma de trabajo y el sostenimiento de nuestra vida. Y serán las propias iniciativas ciudadanas las que deberán ser conscientes de los «sacrificios» que deberán hacer -formalización, profesionalización, organización, competencia, posicionamiento, estructuración, facturación, comercialización….- para proseguir con el itinerario planteado que transita entre ambas esferas para generar la sostenibilidad del proyecto y de la vida de sus miembros.

Al igual que en la elección de una carrera no empezaremos por lo que pensamos que nos va a dar de comer para darnos cuenta luego que no nos gusta. Tampoco haremos caso al primer impulso para darnos cuenta después de que ello no es viable para nuestro sostenimiento vital. Buscaremos un término intermedio en el que se articulen nuestros deseos con los cálculos y expectativas en nuestro acierto y fortuna.

Empecemos por lo que nos gusta e integremos progresivamente la sostenibilidad económica del proyecto y de nosotras mismas. No al revés.

El mensaje:

¡Haz lo que te guste…y búscate la vida!

 diagrama proyecto copia

Diagrama “Práctica del proyecto”

El diagrama se estructura en una serie de fases y saltos secuenciales que están organizados en base a la articulación de las esferas de la cultura y de la economía social y solidaria. Todo ello forma parte del mismo proceso de maduración progresiva del proyecto –y las personas asociadas-.

En dicho proceso se darán, por tanto, fases de proyecto que poseen un carácter no-monetario ya que se encuentran en la fase cultural. En este primer momento el proyecto será productivo o reproductivo pero en base a otros capitales no monetarizados –confianza, creatividad, tiempo, conocimientos, saberes, habilidades, salud…-. En el segundo momento se introduce el capital monetario en la fase económica pero nunca como el principal, sino que se seguirán evaluando los impactos sociales y medioambientales de nuestra actividad productiva.

Cada fase del diagrama posee una doble articulación: un desarrollo “horizontal”, que puede variar en el tiempo de forma muy considerable, y un “salto” vertical que se produce cuando de ha alcanzado dicho desarrollo. El salto permite comenzar un nuevo ciclo de desarrollo cualitativamente más avanzado –más maduro- del proyecto.

Las diferentes fases de maduración, compuestas por los binomios de desarrollo+salto van conformando la maduración del proyecto –que pasa de idea a propuesta a iniciativa ciudadana a iniciativa en economía social y solidaria o cooperativa-. Así mismo va aglutinando equipo y comunidad alrededor de la maduración del proyecto –promotores, equipo interno, equipo externo o colaboradores, perfiles necesarios, redes de apoyo, clientes, etc.-

De esta forma la primera fase del diagrama implica la identificación de una idea en base a una cadena de valor explícita o tácitamente. La cadena de valor puede ser social, territorial, sectorial o una combinación de todas ellas. La cadena de valor posee una formulación tradicional de tipo: suministro-diseño-producción-transformación-distribución-venta y consumo-recogida y recuperación –reutilización y reparación, reciclado y residuos. Las cadenas de valor existentes puede poseer “vacíos” en los que una idea puede encontrar su nicho de mercado o incidencia socioeconómica –necesidad-(Ejemplo: Reparto de mensajería no contaminante e inclusiva de última milla para el comercio electrónico). También se puede generar una cadena de valor ex novo a partir de una potencialidad detectada (Ejemplo: Intercambio libre de libros en base a los excedentes que acumulamos en nuestras casa, escuelas, etc.…-). (Fase 00)

Una vez identificada la idea por un promotor o promotores habrá que estructurar las tareas y los perfiles necesarios para comenzar a desarrollarla. Coordinar las acciones, fabricar prototipos, mediar con la comunidad, facilitar procesos, diseñar la imagen, ejecutar la comunicación, dinamizar procesos de participación, vincular personas, establecer alianzas, conseguir recursos, distribuir tareas…todo ello conlleva la estructuración de la idea para construir una propuesta más aterrizada y un equipo de trabajo que combina a los promotores con personas del equipo de trabajo, colaboradores externos y perfiles necesarios en el futuro. (Fases 01 y 02)

Una vez que la propuesta está estructurada y tenemos el equipo y la comunidad necesaria ejecutaremos el proyecto, al menos en fase de prototipo. Para ello utilizaremos numerosas estrategias y técnicas como el design thinking, el dafo, el open space, la fabricación digital o analógica, la programación, el toolkit, etc. (Fase 03)

Esta es la fase en la que se quedan la mayor parte de los proyectos que operan en la esfera cultural –proyectos experimentales-. Una vez ejecutado el proyecto –en fase de prototipo- su salida es la búsqueda de nuevos recursos, espacios, tiempos y personas que permitan seguir desarrollando el proyecto. Después de la fase 03 es donde se debe producir la articulación con la esfera económica. Los proyectos ya poseen un bagaje suficiente como para entrar en una nueva fase de maduración donde el criterio económico –para la sostenibilidad del propio proyecto y de la vida de las personas que lo conforman- comience a ser central y estructurante.

Para ello el proyecto debe trabajar en su modelo de negocio, profesionalización de sus actividades, viabilidad, financiación, costes e ingresos, forma jurídica, cartera de clientes…a través de los instrumentos que operan en la esfera económica –canvas, plan de empresa, modelo de negocio-. (Fase 05)

Finalmente una vez constituido el proyecto en su forma económica –cooperativa de servicios con socios trabajadores por ejemplo- una última fase será la de integrarse en una red más amplia de economía social y solidaria –cooperativa de segundo grado, mercado social, red nacional…-.  Además el ciclo se cierra al volver a examinar la cadena de valor con los nuevos actores generados y analizar y proponer sinergias y conexiones en la propia cadena de valor y otras cadenas que intersecten la propia.

 

 

 

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Iniciativas Ciudadanas para una cultura ampliada.

Retomamos las conversaciones que iniciamos en el debate sobre cultura que tuvimos con Javier Duero y Timothy Chapman en el pasado Piensa Madrid 5  para continuar con el encuentro que tuvimos ayer diversos ciudadanos e iniciativas que nos apropiamos de un prototipo de espacio común como es  @intermediae @medialabprado para favorecer un diálogo y ampliar las fronteras internas y externas del  Plan Estratégico de Cultura del Ayuntamiento de Madrid #Pecam.

Hablar del #Pecam es hablar de algo que va más allá de los límites de lo que entendemos por cultura. Como ha dicho Emilio Luque en los intercambios de mails,  “con los cambios que se producen en el presente y en el futuro inmediato podamos definir cultura como la producción y difusión de recursos para la adaptación radical de la ciudadanía”.  Este ensanchamiento de los límites de la cultura, plantea nuevos retos para ser abordados con procedimientos que están siendo elaborados desde la acción y la mediación. 

No es el QUÉ? sino el CÓMO?  

Las iniciativas ciudadanas como formas empoderadas de ciudadanía, son agentes que pueden hacer algo más que participar o ser consultados. Son en sí mismas actores de creación permanente de ciudad. Y plantean la cuestión, no solo es acceder a la cultura, sino crear con ella. Esto remite a una de las preguntas principales que debemos hacernos todos y no solo la pregunta que el #Pecam rescata. No es solo el que? sino algo más importante, es el Cómo?

Las iniciativas ciudadanas son procesos informales de práctica ciudadana que modifican de forma resiliente y adaptativa el entorno urbano, cultural y social del cual emergen. Son prácticas auto-organizadas y colectivas que trabajan por el empoderamiento de la ciudadanía y desarrollan procesos críticos sobre la ciudad actual. En este contexto como decía @adolfoestalella  en su artículo ¿ Otra cultura para quien?  ciudad y cultura son similares, Qué cultura? para que ciudad? 

El Plan Estratégico de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, plantea tres formas sobre su desarrollo que implican formas de ciudad diferentes. La cuestión no es la creación de ciudades O, ciudades NI, Ciudades Y, como deciamos en nuestro artículo sobre  Ulrich Beck, sino la posibilidad de que Madrid sea una ciudad CC entrelazada y mezclada bajos las tres formas que propone el #pecam. Como veían los representantes del @campodecebada trabajar con las tres formas  identificadas para poder operar. 1. Las instituciones culturales públicas, 2 Las Industrias culturales y creativas y una tercera forma que podríamos llamar remitiéndonos al planteamiento de Ricardo Antón como 3. Icosistema ciudadano, es decir, » un entrono creativo formado por un conjunto diverso e integrado de organismos vivos y el medio físico donde se relacionan, que favorece y estimula el flujo de ideas imaginativas e innovadoras, que se transforman en valor colectivamente y se traducen en desarrollo humano,urbano,  económico, social y cultural».

Tres  ( I ): Instituciones, Industrias e Icosistema pueden remitir a tres  posibles procedimientos que entremezclados ayudan a formar la ciudad CC una ciudad formada por las  (3 C) que mencionaba Ricardo Antón:  Cantera, Cartera y Ciudadanía, que favorece respectivamente la inclusión y el fomento de una ciudadanía creativa y no sólo una clase creativa, entender los recursos tanto propios como comunes como algo que visibilizar y disponer que las herramientas creativas no solo deben crear una smart city, sino un espacio más amplio donde los ciudadanos empoderados tengan capacidades para proponer nuevos retos urbanos, culturales y sociales. 

 

Un solar en el #Pecam.    

Un vacío nunca está carente de significado; siempre hay cosas en él, mochilas transportadas, bagajes, memoria, conocimientos situados. Un solar nunca está vacío, siempre ha existido alguien o algo ligado a él.

El  encuentro de ayer,  detectó un solar vacío en el #Pecam que al igual que la ciudad tiene un montón de lugares descalificados por sus usos, incoherencias, fricciones, situaciones no reguladas, o simplemente ausencias de deseos sobre él o simplemente no desveladas. De esta manera podemos pensar que el #Pecam contenga un solar temporalmente vacío, para ser llenado colaborativamente por tod*s.  La tercera forma del #Pecam que podemos llamar    -Icosistema- formado por iniciativas ciudadanas y ciudadanos activos también debe estar formado por un número de agentes ampliado e inclusivo que permita la aparición de las sintonías y los conflictos. Ese lugar destinado para la construcción colectiva es también un espacio donde mostrar los recursos que tenemos y que el #Pecam tiene para ser utilizados. El dinero no es el único recurso, están los recursos materiales e inmateriales, las habilidades colectivas, el tiempo productivo y reproductivo, la memoria de la ciudad, los simbólicos, los relacionales y por supuesto los afectos. Debemos debatir la gobernanza de ese lugar – icosistema- donde también tengan lugar la co-responsabilidad, las éticas del cuidado y el empoderamiento ciudadano y ayudar a  pasar de modelos adhocráticos a modelos comunes de gestión de la cultura y la ciudad. 

Hay mucho trabajo por hacer: @kamen y @silvink ya detectaron algunos de ellos. El #Pecam puede transparentar sus espacios públicos  para que la ciudadanía pueda conocer donde puede proponer. Una cartografía que transparente los espacios públicos existentes. Y eso no son los solares vacíos, sino además de ellos, los lugares, plazas, espacios heredados, centros culturales e instituciones dónde se puedan proponer nuevos modelos. El trabajo también pasa por elaborar cartografías experienciales de la ciudad en la que  se muestren las situaciones innovadoras que se desarrollan en la ciudad de Madrid. 

(Plano perteneciente a la investigación predoctoral «Paisajes apropiados», realizado por Alba Balmaseda, Carlos Ruiz, Arantxazu Luzárraga, Esaú Acosta, Guadalupe Hernández).

Todos estos procedimientos y muchos más pueden alojarse en este solar vacío del #Pecam. Un tercer lugar que siempre es más común a todos pues lo construimos entre todos. Un lugar más enriquecido, que fomenta la aparición de criterios de posibilidad y un significado más amplio de lo que entendemos por cultura. Un lugar que posibilita una figura para representar otras formas autónomas de ciudadanía y que puede tener 4 puntos que bookcamping citaba ayer 1. Formado por datos e información abierta. 2 Donde se desarrollen nuevas herramientas meteorológicas para una participación empoderada y no una mera consulta-camuflaje. 3. Se institucionalice un desarrollo del código y la cultura libre de los proyectos financiados con dinero público 4. Y se favorezca una visibilización clara de todo el proceso.

El #Pecam es el tronco de un gran Baobab, un árbol simétrico en su copa y en sus raíces. Sus raíces son la ciudadanía  de Madrid y todas sus diferencias que forman una ciudad de muchas ciudades superpuestas. Iniciativas ciudadanas que se desarrollan con motores dispares e innovan en campos cómo la economía, la cultura, la movilidad, lo urbano y en muchas otras áreas. La idea de las  iniciativas ciudadanas como Start up sociales ( y urbanas, culturales, etc) que desarrollamos en este artículo, son las que tejen la innovación urbana, social y cultural de Madrid, son por lo tanto raíces de innovación. El Solar en el #Pecam  puede ser una herramienta para contaminación positiva de nuevas bases organizacionales entre la ciudadanía, las instituciones, y las industrias en muchos ámbitos de la ciudad.

Madrid tiene en su mano convertirse en una ciudad innovadora gracias a sus ciudadanos. Es real, existe y está entre nosotros. Finalizado el encuentro de ayer,  nos emplazamos a un segundo encuentro en el que todas las iniciativas ciudadanas están invitadas a participar. La cultura no tiene límites claros y tod*s podemos aproximarnos a ellos y ensanchar su significado desde lo cercano, lo cotidiano, lo local y lo personal. El próximo día 30 de octubre martes a las 18:00 hs en el mismo espacio.

Este texto está escrito para ser mezclado, retocado, ampliado, copiado, reproducido, modificado, rozado, y entrelazado, subejtivizado y puesto en cuestión. 

 

Para más información Bookcamping ha recopilado una base de Documentos generados en tornos al PECAM