Infraestructuras de facilitación: un modelo heurístico urbano.

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El desafío de la complejidad urbanística al cual tienen que hacer frente las ciudades de hoy, no puede apoyarse sólo en especialistas sino en una colaboración interdisciplinar y participativa donde la arquitectura se nutra de diferentes sensibilidades.  La comunidad también es la experta y no el productor quien sabe qué espacio puede remediar sus carencias, es el que mejor conoce sus necesidades. Todos somos hoy arquitectos de interiores de nuestros receptáculos simbólicos, sonoros y espaciales.

La ciudad contemporánea requiere, para facilitar esta conexión intersubjetiva, de planteamientos relativos a nuevos escenarios de colaboración entre personas, administraciones y comunidades,  es decir,  la estrategia reside en compartir dentro de un marco colaborativo. El “juntos” como una estrategia de futuro, que potencie la producción de espacio público, más allá de un sentido Lefreviano, un espacio creativo donde la cultura urbana y la manera de hacer las cosas desempeñan un papel importante en la renovación urbana. También ejercitando un derecho a la infraestructura en palabras de Alberto Corsín.

  • ¿Para qué?

¿Porqué diseñar un ámbito urbano para un programa concreto?, ¿puede este programa cambiar en el futuro? ¿en los últimos años cuántos edificios  y  actuaciones urbanas hemos visto que incluso antes de ser inauguradas no interesan o su programa es de difícil aprovechamiento?, ¿qué sucedería si frente a predefinir completamente un espacio urbano sentamos las bases para que mediante estructuras arquitectónicas facilitadoras pudieran los propios usuarios desarrollar sus propios programas?, ¿qué pasaría si la propia ciudadanía,  a través de un proceso de empoderamiento, aportase algo más que simple uso?, ¿qué pasaría si un espacio público se usa como lugar para potenciar el pensamiento comunitario y responsable para la ciudad?.

¿Qué sucedería si fueran las propias comunidades, mediante selección y convocatoria, las que pudieran encargarse de cuidar el espacio público, activar programas y desarrollar otros? Hablamos de convertir el espacio público en una actuación resiliente y corresponsable, capaz de adaptarse a nuevos requerimientos sin necesidad de hacer grandes inversiones.

  • ¿Para quién?

Para generar un espacio para toda la ciudadanía, donde puedan desarrollarse las técnicas locales y donde las comunidades de usuarios puedan practicar lo que definimos como “hacer ciudad”. Implementar el conocimiento situado  en el contexto y cultura existente, acumulados todos ellos en las comunidades conocedoras de estos campos (productores) y su aplicación al espacio público. Favorecer y propiciar el encuentro vecinal y social, creando espacios y proponiendo actividades apropiadas para ello. Ofrecer como retorno para la administración local la seguridad de que un espacio participado e inclusivo es garantía de generación de espacio público, disfrute y sobretodo de uso.

  • ¿Cómo?

Mediante un modelo heurístico que comprende una metodología en dos fases y dos canales asociados: la generación de una infraestructura de facilitación y el despliegue de potencialidades. Y  dos canales asociados: la sostenibilidad urbana y la sostenibilidad social.

Procedimientos.

Los mecanismos establecidos de generación de espacio público por las administraciones son procesos pautados y mediatizados en los que cada agente, estadio y acción es muy determinado y poco permeable.

El proceso comienza generalmente con una decisión política que desencadena una secuencia administrativa que dará lugar a un mecanismo de contratación.  La decisión política suele incluir la idea general de cómo será dicho espacio público, su situación y delimitación, el proceso de contratación y gestión, la dotación económica, la tramitación, etc. Los mecanismos de inclusión social en este proceso pueden ser entendidos desde la legitimidad del cumplimiento de un programa electoral (si este proceso estuviera incluido) al ser suscrito por la mayoría, hasta distintos tipos de presiones e intereses, pasando por verdaderas necesidades reales de grupos beneficiarios y afectados por el mismo.

vic DIAGRAMAS facilitacion

Procedimiento de contratación de obra urbana normalizado.

El departamento de la administración, sea urbanismo u otro, establece el mecanismo de contratación, siendo este el diálogo competitivo, el procedimiento negociado o el concurso. Todos estos métodos pueden ser abiertos o restringidos, con o sin publicidad, o más o menos transparentes y equitativos (urgencia, requisitos, solvencia…). En el caso de que finalmente el procedimiento sea el concurso público y abierto, la opción “menos mala” en este momentos, el área competente definirá el planteamiento del concurso, las bases, el método de contratación, la dotación económica, los requisitos y solvencia, plazos y tiempos, todo ello bajo la ley de contratación de las administraciones públicas. 

Una vez inmersos en el proceso concursal numerosos profesionales y equipos técnicos compiten, en igualdad de condiciones, en el proceso conjunto, en el que un jurado decidirá la propuesta ganadora y el equipo asociada a la misma. Por tanto el QUE y el QUIEN son dirimidos en esta fase. Los expertos-profesionales diseñarán dicho espacio público de la manera más completa y definida posible  y el jurado valorará los pros y contras de cada propuesta desde distintas perspectivas, emitiendo un veredicto. Los jurados suelen ser un conglomerado de agentes en  los que se suelen encontrar representantes políticos, técnicos municipales y técnicos independientes (en el mejor de los casos). A esta configuración se pueden añadir grupos empresariales, representantes de asociaciones de vecinos y otras organizaciones sociales, comerciantes, etc.

Una vez contratado una empresa constructora será adjudicataria de la ejecución de dicha propuesta, por concurso o no, en un plazo establecido. Finalmente, una vez ejecutado dicho espacio, este será utilizado por las comunidades asociadas, gestionado por la administración pública (y la contrata en algunos casos) y valorado en el conjunto de la ciudadanía.

Hasta aquí un proceso ordinario, con la definición de las pautas y los agentes que participan. Como se puede observar en todo el proceso realmente son pocos agentes, y en su mayoría con perfil técnico y experto, los que participan en el mecanismo de definición y ejecución de un espacio público, el cual será vivido y usado por toda la comunidad. Esto redunda en la eficacia y rapidez del proceso, al ser menor el número de agentes y poseer el bagaje y know-how del proceso. La participación pública, entendida esta como un proceso más cuantitativo de consulta con colectivos y comunidades asociadas a dicho espacio, es minoritaria. Normalmente, si se incluye dicha participación, suele ser en estadios determinados, lo que llamamos la “participación clásica”. La definición del propio concurso de encuestas de opinión o pequeños talleres con inputs que se incluyen en las bases, la inclusión de un jurado nutrido, con gran variedad de agentes con carácter inclusivo, o incluso el cuidado, que no la gestión,  de los propios espacios generados. Frente a estos estadios más habituales, queda por abrir que esta participación inclusiva pueda, y decimos solo pueda, no deba, recuperar espacios del proceso en el que, bien no está, bien está representada pero no lo suficientemente, bien ha delegado y no es satisfactorio.

Para ello se plantea una “participación avanzada” que percole en todos los procesos de la generación de ciudad (espacio público) de forma que las decisiones políticas, aunque legítimas y representadas por ley, se han manifestado no pertinentes o interesadas en muchos casos. A su vez dichas comunidades podrían participar directamente en las propuesta de diseño de soluciones, como parte de los equipos técnicos, e incluso construir ellas mismas los dispositivos y “gadgets” necesarios para sus necesidades de espacio público, o sus propuestas de intervención.

Finalmente si esta participación fuese global, en la que todos los procesos y todos los actantes formaran parte de una misma dinámica, nos encontrariamos con la ambivalencia, ambigüedad, complejidad y multiplicidad de un modelo heurístico  en el que todos los agentes son actores y receptores, expertos y legos, interesados y beneficiarios, al estilo de un modelo prosumidor . En este modelo heurístico los estadios no se encuentran tan pautados, los procesos no son tan lineales y secuenciados, y todo ello se transforma en “esferas” de posibilidad y acción entrelazadas y autorrecurrentes. Este proceso, por ser más abierto, indeterminado, con más incertidumbre y más actantes implicados, debe cuidar muy mucho su eficacia, sus capacidades y su agenda, de forma que el proceso no se torne ineficiente al no existir representación, no se pueda participar en igualdad de condiciones (empoderamiento) y no se distorsiones las prioridades y tiempos (control de agenda).

 vic diagrama heuristico

Diagrama del procedimiento heurístico.

Ecosistema productivo.

Todo el proceso puede dividirse en una suerte de hardware y software. El primero remite a los soportes físicos y espaciales que se definen en el espacio público, la “arquitectura” del mismo, mientras que el software implica todo el nivel decisional, de gestión y mediación entre los distintos actantes, la programación, los usos y abusos, la gobernanza en definitiva. Estos dos niveles se presentan como las nuevas categorías de intervención, diluyendo el proceso precedente y estableciendo nuevas acciones, nuevas potencialidades…y también nuevas dificultades. El cambio esencial es la introducción transversal de las políticas  DIWO/DIY (Do it with others/ Do it yourself).

El hardware se genera primeramente mediante una infraestructura de facilitación. Esta infraestructura es un dispositivo espacial que en sí misma no resuelve los programas y requerimientos específicos del espacio público, aunque trabaja con otros aspectos más generales, subyacentes o intangibles. La infraestructura trabaja con aspectos holísticos, contextuales, culturales e identitarios que son intra-programáticos y transversales a cada uso específico. Elementos como la escala, inserción, identidad, contexto, borde, percepción, analogías, representación o la usabilidad son parámetros que se integran en la infraestructura y la conforman permitiendo que esta despliegue sus potencialidades y desarrollos ulteriores adaptables y específicos a las comunidades y necesidades futuras, sin por ello renunciar a la integridad formal y conceptual de la propuesta en su conjunto. Una vez establecida la infraestructura, las distintas comunidades, actantes, colectivos e iniciativas proseguirán el desarrollo espacial y formal de la propuesta (hardware) con distintos elementos y dispositivos con múltiples grados de intersección o independencia de la propia infraestructura.

Este proceso de diseño y construcción del soporte espacial es compartido y continuado por expertos generales (arquitectos) y expertos particulares (comunidades) en una colaboración que reúne prácticas convencionales de diseño y ejecución de obras con prácticas comunitarias como la autoconstrucción, el reciclaje, la réplica, etc. La infraestructura es el medio y gozne para que los espacios sean diseñados, ejecutados y auto-gestionados por los beneficiarios y actantes asociados. Esta gestión nos lleva de la geometría a las “nubes” de software asociado, ya que es imposible pensar que el diseño, ejecución y autogestión de un espacio público pueda no esté asociado a un proceso de empoderamiento previo o en paralelo. Para ello se genera una asamblea y un grupo motor, que en una progresión dialéctica asumirán las funciones representativa y decisoria, de forma que se aúne eficacia e inclusión. Todas las comunidades, existentes y generadas como grupos de uso, deben auto-organizarse y corresponsabilizarse del proceso, para una gestión compartida de todo el proceso.

Este proceso da como consecuencia un ecosistema productivo en el que el software y el hardware se intersecta entre la centralidad y la periferia, lo previo y lo ulterior, lo general y lo particular. En el hardware los distintos espacios participan del binomio infraestructura de facilitación-gadgets, siendo algunos de ellos totalmente generados por la primera, otros necesitados de ambos y otros autónomos. De igual forma el software participa en distinto grado del binomio asamblea+grupo motor-comunidades, con gestiones de lo colectivo y de lo particular.

esquema productivo

De esta forma el esquema del modelo heurístico conforma varios canales interrelacionados y progresivos. El proceso de generación de la infraestructura de facilitación (arquitecto)  contempla la (1) detección de necesidades generales, (2) el establecimiento de criterios de diseño, (3) la matriz de soluciones, (4) el prototipado, (5) el diseño de la solución, (6) la ejecución de la infraestructura, (7) la ejecución de complementos, (8) el pliego de condiciones de uso y utilización, (9) la puesta en funcionamiento (beta) y el (10…)proceso de puesta en funcionamiento, evaluación y mejora.

A su vez, el proceso que se despliega de la propia infraestructura d facilitación posee los dos canales anteriormente descritos: el harware o dispositivos y soportes espaciales, y el software como gestión y gobernanza.

Facilitación

1. Detección necesidades particulares (pertinencia): Si la IF detectaba las necesidades generales del espacio público, la comunidad detecta las necesidades particulares del mismo, tanto espaciales como programáticas.

2. Detección comunidades de uso: Se analizan las disponibilidades espaciales existentes y las comunidades existentes/ emergentes.

3. Refuerzo y consolidación de comunidades: Se garantiza y potencia  la accesibilidad universal, la auto-organización y la corresponsabilidad

4. Co-diseño: comprende el diseño de soluciones particulares y la generación de la asamblea asociada.

Empoderamiento

5. Co-ejecución: ejecución de las soluciones particulares y la creación del grupo motor.

6. Gobierno y gestión: se estudian y diagnostican los usos y abusos y se establece el modelo de gobernanza, representación e interlocución.

Cuidado

7. Evaluación: se evalúan tanto los espacios generados y programas asociados, así como los protocolos de gobernanza establecidos.

8. Desarrollo y visibilidad: se establecen los medios y pautas de mantenimiento sí como la autogestión integral.

9. Exportación: como modelo en lo positivo (buenas prácticas, replicabilidad) y problemas existentes (mejora, prototipado).

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